El precio de la luz según todos los analistas terminará el mes de marzo un 12% más caro que en febrero. Para un recibo tipo de 50€, en el mes de marzo pagarán 56€.
Entre los factores que influyen en esta subida, los clásicos: falta de viento, incremento de la demanda, poco sol, etc. Nada nuevo en el horizonte.
Sin embargo, en esta ocasión, se ha incluido un nuevo componente para justificar estas subidas, algo difícil de explicar que se escapa al escrutinio del consumidor. Estamos hablando de los derechos de emisión.
Estos derechos vienen pagándose en la factura de la luz desde el año 2005, pero de los 5€ la tonelada en el año 2015 hemos pasado a pagar 33,87 en las últimas sesiones y se espera que llegue a los 80€ en el año 2022.
Y es que la subida de los precios en el mercado mayorista eléctrico tienen, como una de las principales causas de la escalada de los precios, los derechos de emisión de dióxido de carbono que las empresas generadoras tienen que comprar para poder quemar gas, fuel o carbón y producir electricidad.
En el mercado de derechos, como por ejemplo, el pool eléctrico, se ajusta al juego de la oferta y la demanda, pero a nadie se le escapa que también tiene una fuerte carga especulativa. De este modo, en un mes con viento, agua y luz, sólo porque en un momento puntual necesitemos centrales de ciclo combinado o, como ya ocurrió en el pasado, por mala praxis de las empresas que operan en pool, se pusieron en marcha centrales de ciclo combinado mientras se mantenían los embalses sin desaguar, haciendo que los precios y por ende los beneficios de las grandes energéticas se disparen a costa del consumidor.
De este modo, por el sistema que tenemos de compra de energía en pool, en el momento que necesitemos la energía producida por una central térmica, por pequeña que sea, nos repercutirán el coste de los derechos de emisión que tiene que soportar los combustibles fósiles usados, pero paralelamente todos los demás proveedores del mercado (eólica, solar, hidráulica, etc.) cobrarán el mismo precio por kW, y sin embargo no pagarán (no compran gas o petróleo) dichos derechos, embolsándose íntegramente el dinero en su bolsillo.
Todo lo anteriormente expuesto es un nuevo argumento para la instalación de paneles solares para autoconsumo. Cada día está más claro que la energía va a seguir subiendo, da lo mismo si tenemos sol o viento, y sólo nuestra propia independencia nos protegerá de la especulación de los mercados. Si en los últimos 20 años la subida media anual ha sido del 6%, en los próximos años se estima en torno al 8% y como acabamos de ver, ya tienen nuevo argumento para justificarlas. Dicho queda.
¿Y tú qué opinas?