La rentabilidad del autoconsumo fotovoltaico

El autoconsumo avanza con gran fuerza en los hogares españoles. Se consagra hasta el momento como la alternativa más limpia para el medioambiente, pues se aprovechan de las energías renovables, es decir, de recursos que ofrece la naturaleza y que son gratuitos e inagotables para garantizar el consumo en el hogar. Esta tecnología, como consecuencia, supone grandes ahorros en la factura de la luz y la electricidad pese a que su mayor objetivo es el de conservar el planeta a través de la eficiencia energética.

Los beneficios de los paneles fotovoltaicos que la coronan como el mejor sistema de autoconsumo

Dentro de los diferentes tipos de autoconsumo que ofrece el mercado actual, la instalación de placas solares resulta el más practicado. Se colocan en lugares del exterior, como patios, tejados o en viviendas unifamiliares con jardín. En pisos, se pueden aprovechar las terrazas y gracias a la regulación de la Ley en el 2019, también se permite compartir un montaje fotovoltaico entre los miembros de una misma comunidad.

El llamado autoconsumo compartido asegura la misma eficiencia que una instalación individual, pues su cometido recoger la radiación del Sol para transformarla en consumo energético de manera que distribuye sus recursos a todos por igual y, como se trata de una fuente inagotable, proporciona todos los días a todas horas, incluso de noche.

Dispone de baterías que almacenan los excedentes de energía para que puedan emplearse durante la noche a la potencia que disponga para cada vivienda en particular, o el individuo en cuestión. Por lo tanto, este aparato asegura no solo una energía limpia, sino que, además, abarata los precios de los recibos eléctricos. Este sistema funciona con el 70 % de la producción que realizan las energías renovables que recogen; el resto, el 30 %, funciona en base al cableado, por lo que solo ese porcentaje es el que se paga de electricidad en la factura.

 

 

Los paneles solares consiguen reducir una media del 60 % en el consumo de la vivienda y, por lo tanto, en el importe total del recibo. No depende de la red convencional eléctrica, de manera que si en algún momento se desea volver a reestablecer la habitualidad de este sistema, tan solo habría que llamar a la compañía en cuestión para volver  a dar de alta la luz sin ningún tipo de problema ni coste adicional.

De igual manera, esta independencia energética garantiza que puedan convivir en el mismo espacio los paneles solares y la red habitual.

Otra de las cuestiones que más interesan a los usuarios para decantarse de manera definitiva en el autoconsumo fotovoltaico es la seguridad que transmite. No precisa de tantos cuidados como pueda prestarse el gas natural o el propano, pues al evitar la instalación de una caldera en su sistema, no es necesario depender de un técnico especialista para reparar o revisar el montaje cada cierto periodo de tiempo. Su mayor ventaja es la libertad de poder disfrutar de esta energía sin necesidad de preocuparte por posibles averías o problemas graves.

Pese a que su instalación puede perfectamente desarrollarse sin la necesidad de contratar un profesional experto, lo mejor sería contar con el asesoramiento de un técnico cualificado por si acaso. No obstante, este aspecto denota la capacidad de practicidad y comodidad de las placas solares.

Es posible que por el precio nos echemos para atrás a la hora de contratar su instalación. Sin embargo, el mejor consejo posible para que esta razón no te frene en la compra es pensar que se está adquiriendo un equipo que amortizará rápido toda la inversión realizada, de manera que a largo plazo, en los recibos futuros que se reciban a la vivienda, se podrán apreciar los resultados que ofrece.